miércoles, noviembre 29, 2006

PLANTEOS DEL SIGLO XXI

EEUU y el dilema de la inmigración



Uno de los principales problemas para la humanidad del siglo XXI es la inmigración. ¿Se la puede controlar? ¿Se la debe controlar? ¿Qué riesgos y qué beneficios políticos implica ser más o menos riguroso con ella? Esos son algunos de los interrogantes que aquejan a los gobiernos actuales, principalmente a los gobiernos de los países ricos, que son, naturalmente, por su propia condición de bienestar, receptores constantes de inmigración masiva, en su mayor porcentaje, ilegal. La creciente brecha entre países pobres y ricos, y las grandes cifras de desempleo, acrecientan este problema.

Sin dudas, el país más codiciado por los inmigrantes es Estados Unidos. Huyen de la pobreza de sus países de origen, buscan una oportunidad de sobrevivir, trabajando en empleos humildes, que, de todos modos, pueden conducirlos a niveles de vida muy superiores a los que su país les ofrecía.
Esta situación obligó al gobierno de Bush a pensar en una reforma legislativa, y romper con la imagen de inacción que estaba dando en estos últimos años. Por eso, su gobierno ideo la “Comprehensive Immigration Reform” (“Reforma global de inmigración”). El proyecto propone, entre otras cosas, la construcción del muro que separa el sur de los Estados Unidos con México, prevé la construcción de más murallas y controles en esa zona, y una regularización de los inmigrantes que ya viven en el país. La idea es otorgarles un permiso laboral temporario (de tres años, que puede ser renovado por tres años más) a aquellos que ya estén trabajando. El tiempo máximo que podrán permanecer en el país será de seis años, y luego serán deportados.
La ley no menciona la entrega de una ciudadanía definitiva, sin embargo, pide para esta estadía provisoria, como contrapartida, el estudio del idioma inglés y se pierde también en algunas otras reivindicaciones nacionalistas que suenan bastante vagas. En la

página web oficial del gobierno estadounidense, se explica que “Los americanos estamos unidos por nuestros ideales compartidos, la apreciación de nuestra historia, el respeto por la bandera y nuestra habilidad para leer y escribir el idioma inglés. Cuando los inmigrantes se asimilan y avanzan en nuestra sociedad , realizan sus sueños, renuevan nuestro espíritu y suman a la unidad de América”.
Si bien es cierto que durante la primera época del siglo XX los ideales nacionalistas y los símbolos patrios sirvieron como aglutinante para la población que fue uniformándose, hoy, incluso en un país tan nacionalista como los Estados Unidos, es un tanto irreal la idea de que un inmigrante vaya a reemplazar sus valores y creencias. Más descabellado aún es, si se trata de inmigrantes a quienes sólo se los dejará permanecer por pocos años.

Desde la extrema derecha, Bush ha recibido críticas de su propio partido y también muchos empresarios que financiaban la campaña del partido Republicano han decidido quitarle su apoyo. Dicen que el proyecto es demasiado blando: para ellos, todos los inmigrantes ilegales deberían ser deportados inmediatamente.

También para los sectores de inmigrantes o de estadounidenses de izquierda, la ley es cuestionable, pero exactamente por el motivo contrario: es demasiado rígida, xenófoba y niega oportunidades a los extranjeros.

Lo cierto es que este no es sólo un problema del gobierno de Bush, y todos los gobiernos que lo sucedan heredarán este conflicto. Todavía no se ha encontrado una solución ideal, ni siquiera en el ámbito teórico.

Para el historiador Eric Hobsbawm, los gobiernos tienen tres opciones. La primera sería permitir la inmigración indiscriminadamente. Pero ésta acarrearía graves problemas económicos y demográficos, así como problemas políticos internos. Es importante considerar que la población estadounidense creció más de un 13 % en los últimos diez años,

y que hoy sobrepasa los 280 millones de habitantes. Por lo tanto, esta opción es inviable a largo plazo.

La segunda opción, a la que ya recurrió Bush, es la de construir un muro. Esta opción, para Hobsbawm, también es inviable a largo plazo. La Historia demostró que los muros pueden ser engañados y que, tarde o temprano, caen.

La tercera opción implicaría la concesión de permisos temporales de trabajo a los inmigrantes, negándoles así una ciudadanía definitiva, y también, por lo tanto, derechos cívicos. Esto es a lo que apunta la “Comprehensive Immigration Reform”. La reforma es bastante realista, o, si se quiere, pragmática. Un liberalismo absoluto con respecto a esto sólo ocasionaría mayores problemas demográficos o políticos. El problema, a nivel ideológico, es que la necesidad práctica de restringir la inmigración legaliza la existencia de habitantes “de segunda”, es decir, las desigualdades sociales, dejando completamente caduca esa imagen de “tierra de oportunidades”, de brazos abiertos, que quiso dar Estados Unidos durante el siglo pasado.

En un marco global, con consecuencias ideológicas y humanísticas más graves, también marca la caducidad de la bandera de igualdad entre los seres humanos que levantó el Iluminismo, un ideal al que duele renunciar.


5 comentarios:

Quijote79 dijo...

No quieren a los inmigrantes pero los necesitan.......no se van a estar explotando entre ellos! Además, con quienen van a llenar las carceles? A quienes van a mandar a pelear a Irak?

Salutes

Irina dijo...

Saludos! Soy periodista y vivo en Londres. Te cuento que por aquí usan una cuarta opción para restringir a los inmigrantes: Los permisos de trabajos son casi imposibles de conseguir, y los costos de vida y los impuestos son tan pero tan altos, que a casi nadie se le ocurre venirse de ilegal a probar suerte.

redmummy dijo...

obviamente, lo de los inmigrantes es siempre una falsa, y mas en europa que necesita mas poblacion pq hay pocos nacimientos



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http://redmummy7.blogspot.com

redmummy dijo...

muy buenos los articulos, me gusto mucho el blog en general



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PERIODISMO DIGITAL E INDEPENDIENTE

JonyColombini dijo...

Es un dilema, sin duda. Ojalá todos tengan la posibilidad de estar tan conformes como para quedarse y vivir dignamente en su país (de local, dirían los futboleros).

Salu2. JoN!